Desde tiempos inmemoriales el hombre ha sentido una atracción particular por las piedras preciosas. Las gemas se encuentran dispersas por el planeta desde que la tierra acomodaba su rotación alrededor del sol. Las crónicas más antiguas nos hablan de su extracción desde el legendario Egipto hasta las minas del valle de Oxus en Afganistán. Rodeados de éstas y a través de los milenios el hombre también ha sentido su poder.
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